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Socios Fundadores

EL HISTÓRICO SOCIOS FUNDADORES,
CUNA DEL BÁSQUET COMODORENSE

Hace más de 30 años se inauguró el Socios Fundadores, hogar de Gimnasia y
Esgrima y de todo Comodoro Rivadavia. Te contamos la historia de la
construcción del estadio más importante de la ciudad y región.


La historia de la gestación del Socios Fundadores arranca en el año 1965 cuando la
Comisión Directiva de ese entonces gestionó ante las autoridades de la ciudad la
cesión de las tierras en el barrio Cívico con el objetivo de construir un Polideportivo
para el uso de los socios y sociedad comodorense en general.
El Consejo Deliberante de Comodoro Rivadavia aprobó la cesión de las tierras y
Gimnasia se hizo de la totalidad de la manzana triangular limitada entre las calles
Democracia, Sáenz Peña y avenida Ducos. 
 
Pese a contar con las tierras, durante muchos años las mismas estuvieron sin ser
utilizadas y ni siquiera cercadas. Recién en los 70 los dirigentes decidieron alambrar
las tierras y comenzaron a usarlas para juntarse a jugar al fútbol los fines de semana.

Los proyectos de construcción se continuaban postergando constantemente por la
falta de recursos económicos.
 
Al tanto de esta situación y ante la falta de tierras disponibles para construir por la
zona céntrica, la empresa AMOCO oferta al club 250.000 dólares por la totalidad de
las tierras. Sin embargo, la Comisión Directiva revocó la propuesta aludiendo que
Gimnasia era un club céntrico y que en caso de vender el terreno no tendría
posibilidades de realizar su polideportivo por la zona.
 
Pese a la negativa, las conversaciones entre la institución y la petrolera continuaron
y a fin del año 1979 se realizó una nueva propuesta que abarcaba el mismo importe
por la mitad del predio. Esta nueva oferta es vista con buenos ojos por los dirigentes
debido a que con el dinero de la venta parcial se podría construir el polideportivo en
los 3.300m2 que le quedaban al Club.
 
La CD veía una gran posibilidad de construir el anhelado gimnasio y decide llamar a
Asamblea Extraordinaria para el 22 de diciembre en la ex sede de la calle San
Martín.  En la misma se expuso a los socios el croquis preliminar del futuro
polideportivo a construir con las medidas reglamentarias, tribuna, oficinas, casa para
el encargado y quincho, además de un frontón para jugar pelota paleta y cancha de
tenis en la parte abierta.  
 
La venta parcial del terreno se aprobó por unanimidad y el sueño ya tenía su
sustento económico. Rápidamente se contactó con Acrow, una empresa
norteamericana dedicada a las construcciones livianas, y se llegó a un acuerdo para
que con ese monto se compren los elementos y se construya luego el Poli. Sin
embargo nada es tan sencillo en la vida de Gimnasia y la construcción del Socios
Fundadores no fue la excepción.
 
Los dirigentes tenían todo arreglado con Acrow pero necesitaban que los elementos
ingresen al país con libertad de derechos de importación e IVA. Se llegó a reunirse
con el mismísimo Juan Alemann, secretario de Hacienda de la Nación en esos años,
 pero las excepciones al parecer solamente eran para los clubes de Buenos Aires y en
dos ocasiones se le negó el beneficio a Gimnasia. 
 
El plan B fue una empresa española que al tener sede en La Plata no tenía problemas
de importaciones. Igualmente, con el monto que antes se construía interior y exterior,
ahora solamente alcanzaba para la estructura del Socios. Aunque su construcción,
que comenzó a mediados del año 1981, no fue para nada sencilla producto de la
inflación. “Todos los meses teníamos que estar reajustando el presupuesto con los

gallegos”, recuerda Jorge Christoph sobre cómo se les fue del cálculo inicial de los
250.000 dólares.
 
El propio ex presidente de Gimnasia contó que “se hizo de todo para recaudar dinero
y terminar el Socios, la gente nos veía en el centro y cruzaba la calle para que no les
pidamos más. A l final todo Comodoro colaboró, sinceramente si no nos ayudaba el
pueblo no lo lográbamos nunca”.
 
La construcción fue lenta pero con el empuje de Ricardo Rodrigo la familia entera
de Gimnasia se puso el overol y ayudó en distintas tareas para poder terminar el
Socios. Ya sea pintando, soldando o simplemente juntando y limpiando los
desechos, todos daban su aporte para la obra. “Ricardo era el adalid de la obra, vivía
pensando en ella, no te dejaba dormir y nosotros lo seguíamos”, rememora
 Christoph. Otro nombre fundamental que todos remarcan a la hora de hablar de la
construcción del Socios Fundadores fue el ingeniero Oscar Luz Clara.
 
Tras varios años de sacrificio y con una inversión final de casi 1.500.000 de dólares,
la inauguración llegaría el 24 de noviembre de 1985 con un memorable almuerzo
que juntó a toda la familia mensana.  En el acto se hizo un sentido homenaje a ese
grupo de vecinos que en 1919 formó el club poniéndole como nombre del estadio
“Socios Fundadores”. Los nombres homenajeados fueron Ignacio Sánchez, Eloy
Canova, Eladio Canova, José Álvarez Lorenzo y Francisco Sánchez.
 
Ese día el Socios ya vistió su mítica popular de cemento, pero en el resto de la
cancha no había más que alguna tribunita chica de madera. Para su primer partido,
ante Huracán de Trelew el 1 de diciembre de 1985, se tuvieron que alquilar un par
de tribunas al Club Huergo para poner atrás de los aros y al costado se ponían semis
de camiones con sillas arriba como plateas. Mientras que las tribunas y la cancha se
separaban con alambres que eran atados a tambores que se ponían en cada esquina.
Bajo la tutela de Ricardo Rodrigo y Luz Clara, el todo terreno Juan Torres fue
edificando el resto de las tribunas que hoy hay en el Socios.  “Conseguimos dos
torres de petróleo y con eso más caños tubing se hicieron las tribunas”, agrega
Christoph. 
 
Daniel Allende, técnico de Gimnasia en el ascenso, siempre recuerda que mientras
entrenaban Juan y Ricardo estaban soldando alguna tribuna. 
 
Con los ascensos del Verde hubo que hacer más arreglos e ir inventando algunas
otras cosas como pupitres de prensa, boleterías o cantina. Todo a pulmón se fue
construyendo y modificando según las necesidades. 
 

A fines de los 80 llegó el primer parquet oscuro que aún se puede observar en
algunas partes debajo de las tribunas, en el 94 vino el primer parquet flotante y para
principios de este siglo llegó el flotante más moderno. 
 
Con el paso de los años las obras mermaron y retornaron según los momentos y
exigencias del club, fue amenazado de ser rematado en varias ocasiones, tuvo
tiempos sin luz y otros sin gas en el crudo invierno. Sin embargo, el Socios pese a
todo siempre se mantuvo como la casa de la familia de Gimnasia y del básquet
patagónico. 
 
Hoy en día, el Socios Fundadores crece y brilla cada vez más. Gimnasia y todo
Comodoro siguen escribiendo allí sus páginas más gloriosas.

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